¡La sesión vive!
Desde hace ya más de 10 años he jugado rol semanalmente. Me han acompañado en mi exploración de mundos de fantasÃa y oscuridad varios compañeros, los cuales tengo la gran fortuna de llamar amigos. Hace poco acabó una saga de historias importante ubicada en “Reinos Olvidados” de D&D 3.5. Durante poco más de cuatro años cada uno de nosotros creó más de 4 personajes en promedio, decenas de historias y batallas llenas de epicidad. Cabe resaltar que en una “quest” tuvimos que bajar las nueve capas del infierno, a la Dante, sólo que en vez de Virgilio tenÃamos a un paladÃn con Great Smitingx3 (go Valnefein!), en vez de la bella Beatrice tenÃamos a la hija de un personaje mÃo (que terminó siendo la reina de la oscuridad…figures) y en vez del cielo tenÃamos como meta llegar a Faerun. Al acabar tan épica saga, un compañero mÃo mencionó que el trabajo, la escuela, los posgrados, compromisos sociales, etc. iban a espaciar nuestro calendario. En vez de jugar una vez a la semana, jugarÃamos dos al mes o algo asÃ. Todo mundo, incluyéndome, asentimos.
Acto siguiente, yo anuncio que estaré narrando una historia en D&D y por ende quisiera saber cuantos de ellos iban a jugarla de manera constante (una vez a la semana). Sólo uno, el narrador anterior, confirmó su presencia continua. Pasó sólo un dÃa para que recibiera una llamada. El jugador del paladÃn antes mencionado tenÃa una idea excelente de un nuevo personaje y confirmó su asistencia a la nueva sesión. Escasos treinta minutos después, recibo un mensaje de otro jugador (el mismo que mencionó los problemas de seguir jugando tan seguido) preguntándome cual serÃa el nivel del personaje de la nueva sesión. El asunto fue demasiado divertido. Cuando dicen que la sesión está a punto de morir, siempre resulta igual: the session lives to see another saga. =)
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